miércoles, 29 de julio de 2009

Evangelismo

Totalidad geográfica.

El primero que aparece con la idea de la totalidad geográfica es Juan el Bautista que “anduvo por toda la región del Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de los pecados” (Lc 3:3). Jesús en mencionado varias veces “recorriendo” regiones enteras”. En Mateo 4, leemos “Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia del pueblo” (v. 23).

En Lucas 9:6 dice de los apóstoles “saliendo pasaban de aldea en aldea, anunciando el evangelio y sanando por todas partes.

Pablo también tenía la idea de la totalidad, visitó Frigia, Galacia y Acaya.

La orden de Jesús en Hechos 1:8 “(…) y me series testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta en lo último de la tierra”.

Jesús nos mandó a predicar por todo el mundo y a toda criatura.

Este debe ser el propósito de la iglesia de hoy en cuanto a todo barrio y cuidad, y en cuanto a todas las personas.

Totalidad poblacional.

En el Nuevo Testamento notamos también la preocupación por la población total. La gran comisión “haced discípulos a todas las naciones” (Mt 28:19).

En Pablo notamos su preocupación de alcanzar a todas las personas, de todos los lugares.

Lucas dice durante dos años, “todos los habitantes de Asia, tanto judíos como griegos, oyeron la palabra del Señor”. Note “todos los habitantes de Asia” y “tanto judíos como griegos”.

Totalidad de los segmentos de la sociedad.

Dentro de todo lo geográfico y poblacional, el Espíritu Santo busca alcanzar segmentos específicos de la sociedad.

En la parábola del banquete (Lc 14:15,24), en cierto momento el padre de familia ordena “Vé pronto a las plazas y a las calles de la cuidad y traé acá a los pobres, a los mancos, a los ciegos y a los cojos”. Esta es la totalidad del evangelismo en la totalidad de los segmentos sociales.

Pablo debido a su prisión, alcanzó con el evangelio a muchas personas del palacio del emperador (Filip 4:13).

Totalidad del mensaje: el mensaje completo.

El plan de salvación cuenta con ciertos elementos fundamentales de conocimiento amplio y bien fundamentado.

Totalidad de los medios de comunicación: “para que de todos modos “.

Pablo tenía la visión de aprovecharse de todos los medios para intentar salvar a algunos.

Totalidad del hombre: el hombre total.

El ser humano debe amar al Señor con toda la totalidad de su ser y de sus energías. Es el hombre total.

Cuando una motivación religiosa toca sólo las emociones de una persona, está se vuelve fanática porque no práctica la religión con la mente, sino con las emociones. La Biblia advierte que las emociones son engañosas. Cuneado una persona práctica su religión sólo en el espíritu, hace en el misticismo. Pero cuando la práctica apenas con la mente, cae en el racionalismo y se vuelve sólo un religioso intelectual. En todos estos casos, el ser humano estaría siendo tocado sólo parcialmente.

Ciertos grupos religiosos están practicando un abordaje evangelístico puramente emocional creando un ambiente ficticio y que no lleva a las personas a una integración perfecta con Cristo.

Un segundo grupo es el de los grupos que actúan con un mero intelectualismo, dando origen a la religiosidad únicamente racional, tal es el caso de los llamados “teólogos liberales “que ya casi no creen el la Biblia. Un tercer grupo es el de los que se vuelven místicos, que viven introvertidamente, en una “ santidad de clausura “, de mera contemplación, que a nadie edifica.

Nuestro propósito con este libro es tratar de despertar al pueblo de Dios a alcanzar al hombre en la totalidad del espacio geográfico, poblacional y en la totalidad de los diversos segmentos de la sociedad, con el mensaje total de salvación, para que se vuelvan totalmente a Dios.

Evangelio:

La palabra evangelio aparece 72 veces en el Nuevo Testamento; 54 de ellas se encuentran en los escritos de Pablo.

El término proviene del griego ewanguélion que significa “noticias gozosas “o “buenas nuevas.

El termino en hebreo es “proclamar buenas nuevas ““tratar nuevas de victoria “.

Thayer trata de conceptualizar al término ewanguélion como “noticias alegres de salvación a través de Cristo; la proclamación de la gracia de Dios garantizada en Cristo “. Los antiguos griegos la utilizaban para dar “buenas noticias de campos de batalla “.

El mensajero era el ewanguélos, que significa: “el mensajero sagrado “.

Pero el evangelio es más que buenas nuevas. El evangelio es Jesús, todo cuanto él hizo y enseñó, con el fin de salvar al pecador perdido.

Podemos resumir el evangelio en cuatro palabras, que forman cuatro frases:

1- Jesús vino al mundo para buscar y salvar lo que se había perdido ( Lucas 19: 10 )

2- Jesús murió por nuestros pecados (1 º Pedro 3: 18). Este es el sentido teológico de Jesús.

3- Jesús regresará a este mundo (Hechos 1: 9 – 11). Este es el sentido escatológico del evangelio.

Evangelización:

Evangelización es, concretamente, la acción de evangelizar. En el Salmo 92: 2 es “anunciar la salvación; en Isaías 60: 6, “proclamar las alabanzas de Jehová “.

“Evangelizar es un mendigo diciendo a otro mendigo dónde conseguir comida. Es la acción de comunicar el evangelio, con el fin de llevar a los perdidos a Jesús para que sean salvos por él.

La técnica de la evangelización es la acción; y es acción que se hace efectiva. La palabra evangelizar es diferente de la palabra predicar. No toda predicación es evangelización.

La idea fundamental de la evangelización es transmitir el evangelio a alguien, de manera que éste se arraigue profundamente e la persona.

Evangelismo:

Esta palabra no aparece en el Nuevo Testamento. Sin embargo hace posible la acción de evangelizar.

La partícula ismo indica sistema, evangelismo incluye los principios, los métodos, las estrategias y las técnicas utilizadas en la acción de evangelizar. El evangelismo da a la evangelización las condiciones para que éste logre sus objetivos.

Delos Miles, en su libro Introduction to Evangelism (Introducción al evangelismo), utilizado como libro de texto en algunos seminarios norteamericanos, habla del tema. Damos, seguidamente, un resumen de sus ideas:

  1. El centro de la definición:

Este debe ser las buenas nuevas sobre el reino de Dios; las buenas nuevas de que Jesús es el Señor de todo: el universo físico, de la historia, de los líderes de las naciones, y sobre todo de nosotros

  1. Alcance global:

Que alcance global a la persona en su todo, con la totalidad del contenido del evangelio, con la totalidad de Cristo, por la totalidad de las iglesias, en la totalidad del mundo, en la totalidad del tiempo y de la eternidad. Es decir, el evangelio global en el hombre global.

  1. Sentido teológico:

Ejemplo: Si la definición no presenta a Jesús como el Hijo de Dios, como redentor, como salvador, no tendrá sentido. La teología de la liberación, por ejemplo, no tiene como fin el nuevo nacimiento.

4. El sentido de castigo para quién no acepte la salvación: (Romanos 1: 18):

El evangelista es como un arma de doble filo: abre puertas de la salvación y puede también abrir otra para la condenación (Juan 3: 18).

Los métodos son sólo dos: el evangelio personal y el evangelio de masas.

La estrategia para alcanzar a las personas depende del contexto en que estén, ya se trate de una sola o de varias. Por ejemplo, la estrategia del Espíritu Santo para alcanzar al eunuco, ministro de la reina Candece, fue dirigir a Felipe al camino de Gaza, por donde el eunuco pasaba (Hechos 8: 26 – 40). La estrategia de Jesús para alcanzar a la mujer samaritana y a varias otras personas de su aldea fue pasar por aquel pozo y quedarse allí sentado, para entablar una conversación con ella (Juan 4: 1 – 42).

De modo que dependiendo del tipo de persona y de las circunstancias que lo rodean, el evangelizador utilizará la técnica más adecuada.

La técnica es el recurso material que utilizamos, el cual es utilizado por el Espíritu Santo, y éste utiliza a hombres que, a su vez utilizan los recursos dados por Dios.

Evangelismo no es la simple proclamación del evangelio, sino todo un sistema que permite la proclamación del evangelio.

Como he dicho el evangelismo se refiere más bien a la sistematización, a la acción de evangelizar; mientras que la evangelización, la acción de evangelizar, recurre al evangelismo para hacerlo.

Tenemos aquí lo que podríamos llamar el evangelista de función y el evangelista de oficio.

El de función es llamado así porque su trabajo es diferente del trabajo de un apóstol. Todo apóstol podía ser evangelista, pero no todo evangelista era apóstol. En los tres pasajes del Nuevo Testamento (donde aparece la palabra evangelista), los evangelistas están subordinados a los apóstoles.

En este sentido estricto del término evangelista. En otro sentido, sin embargo, el término es extensivo a todos los creyentes. Todos los cristianos son evangelizadores, testigos de Cristo, y predican el evangelio con el fin de conducir a las personas a Cristo.

Experiencia de la conversión:

Parece absurdo mencionar este hecho, pero el evangelizador tiene que tener, indudablemente, conciencia de que es una persona convertida. Es posible que la experiencia de conversión sea diferente entre una persona y otra, pero siempre habrá la convicción única de que ha sido convertida y de que es salva.

Lo que importa es lo que aquel que evangelice pueda decir con convicción que Cristo lo salvó y que es una nueva criatura.

Sellado por el Espíritu Santo:

Otra convicción que debe estar presente sin duda alguna en el evangelizador es su relación con el Espíritu Santo. Tenemos que entender, de una vez por todas, que no hay creyentes sin Espíritu Santo; que no hay conversión sin el Espíritu Santo (Juan 16: 7 – 11). Tampoco nadie puede tener una tercera, o dos terceras partes, de Dios. Si alguien tiene al Padre, tiene al Hijo y tiene al Espíritu Santo.

Cuando una persona se convierte, se arrepiente de sus pecados y cree en Jesús como su Salvador personal, recibe el don del Espíritu Santo (Efesios 1: 13 – 14); el Maligno no la toca (1 Juan 5: 18); nadie la arrebata de las manos del Señor (Juan 10: 28); y viene a ser morada del Espíritu Santo (1 Corintios 6: 19, 20). Además le es dado el Espíritu Santo como garantía de vida eterna, y esta es una promesa irrevocable.

El evangelizador y la Santificación:

La salvación es un acto sellado por el Espíritu Santo, pero la santificación es un proceso que mantiene al “cuerpo en santificación y honor “(1 Tesalonicenses 4: 4).

El evangelizador y la Biblia:

El evangelizador tiene que convivir con la Biblia de tal manera que pueda, por medio de ella, apropiarse de la Palabra de Dios. Pero el evangelizador no sólo debe tener un vasto conocimiento de ella, sino que también debe alimentarse de ella.

  1. El evangelizador debe leer constantemente la Biblia (Apocalipsis 1: 3; Timoteo 4: 13).

Pero el evangelizador debe darse a la tarea de leer, por lo menos una vez, toda la Biblia, aunque lo ideal sería que la leyera completa cada año.

  1. El evangelizador debe leer la Biblia en voz alta (Romanos 10: 17; Apocalipsis 2: 29; Eclesiastés 5: 1).

La lectura de la Biblia en voz alta debe ser cultivada por nosotros, y sería bueno que hubiera cintas grabadas con voz solemne y con fondo musical para escuchar el mensaje bíblico.

  1. El evangelizador debe, asimismo, memorizarla Biblia (Salmo 119: 11; Deuteronomio 6: 6; Proverbios 7: 1 – 13).

El evangelizador debe saber de memoria muchos textos, no sólo para utilizarlos en la evangelización, sino también para echar mano de ellos en sus momentos de lucha y conflictos espirituales.

El debe aprender de memoria todos los versículos que puedan servir para presentar el plan de la salvación de manera práctica y sencilla.

  1. El evangelizador, sobre todo, debe estudiar la Biblia (Hechos 17: 11; 2 Timoteo 2: 15).

El estudio bíblico resultará, evidentemente, más provechoso si el estudiante de la Biblia la ha leído completa ya, por lo menos una vez, pues el conocimiento del todo ayuda a la comprensión de las partes

También el estudiante de la Biblia deberá leer otras versiones y hacer un estudio comparativo de las mismas, y sólo después debe consultar los comentarios.

Tenemos que acostumbrarnos a estudiar la Biblia con la Biblia misma. El evangelizador tiene que conocer la Biblia y por lo tanto debe estudiarla en todos los aspectos.

  1. El evangelizador debe meditar en la palabra de Dios (Salmo 1: 2; Josué 1: 18; Salmo 119: 48).

Nuestro mundo actual no tiene tiempo para meditar. Lo característico de nuestros días es la emoción, no la razón; la estridencia, no el silencio. Pero en la meditación, la mente está en reposo y el canal de enriquecimiento espiritual queda libre para permitir el paso a todo cuanto el alma necesita. Es por eso que la misma Palabra de Dios recomienda la meditación.

Fue precisamente por esto que Jesús acostumbraba orar en los montes, en los desiertos y en los lugares apacibles, tales como el huerto de Getsemaní.

El evangelizador y la oración:

La oración debe ser parte de la vida del evangelizador. Este debe tener un programa personal de oración, combinado este programa de santificación. El evangelizador debe tener una mente de oración. Es por la oración que estamos en la presencia de Dios y, en la comunión con él, es como asimilamos su maravillosa manera de ser.

El evangelizador debe hacer de la oración su estilo de vida; y puesto que va a enfrentar al poder de las tinieblas al evangelizar, debe estar debidamente fortalecido espiritualmente para la lucha, y es por la oración que se obtiene la fortaleza. También debe orar por las personas que pretende alcanzar para Cristo e igualmente por las que ya está evangelizando.

El testimonio personal del evangelizador:

El evangelizador debe tener unas vida personal irreprochable; una exigencia, por cierto, para todo siervo de Cristo (1 Corintios 1: 8, Efesios 1: 4; Filipenses 2: 15; 1 Tesalonicenses 3: 13); Colosenses 1: 22). Esto significa que debe tener una vida moral moderada. Naturalmente, no se le exige que sea perfecto, porque eso sería imposible. Pero si tiene que ser una persona digna, de carácter sólido, y de costumbres sanas. No debe ser dado a las bebidas alcohólicas ni a otros vicios; no debe ser mundano, debe tener buenas relaciones familiares y comportarse de tal manera que no cause escándalos. Esto es una de las cosas que más han perjudicado al evangelio.

El evangelizador debe ser una persona optimista:

En un momento de debilidad y pesimismo, un evangelizador puede arruinar todo su trabajo de testimonio por Cristo.

El evangelizador nunca debe demostrar pesimismo, de modo que si algo no marcha bien debe saber cómo encarar la situación, pues Dios tiene planes y sus propósitos para sus siervos.

El evangelismo y el proceso de la comunicación.

El proceso de comunicación es de gran ayuda tanto para el evangelizador como para el predicador, teniendo claro que el evangelizador no deja de ser un comunicador. El evangelizador está dotado de la unción especial de Dios y no esta sujeto a técnicas, el conocer como funciona la comunicación le resulta de mucha ayuda.

La palabra comunicación proviene del latín comunicare, que significa hacer común. De aquí se origina el concepto de que “comunicación” es el proceso mediante el cual un individuo transmite estímulos a otros individuos, con el propósito de modificar su comportamiento”. La comunicación sugiere la idea de comunión, del establecimiento de una relación con otras personas, del compartimiento de información, ideas y sentimientos. Todo esto coincide con la naturaleza del evangelismo y de la predicación.

Tipos de comunicación en cuanto a su naturaleza.

  1. Comunicación exclusivamente verbal

Se refiere a la voz humana, sea cual sea el medio a través del cual ella se propaga.

Es la predicación tradicional, se usa la voz. También la conversación evangelística.

2. Comunicación exclusivamente visual

Esta incluye la escrita, las señales luminosas o ambas a la vez. Acá se incluyen, libros, revistas, folletos, panfletos y otros. Entre las señales luminosas están las señales de transito y de navegación; entre las manuales, el lenguaje gestual utilizado por los sordomudos.

3. Comunicación verbal visual

Ejemplos simples el teatro, el cine, la conversación y la conferencia. No esta de mas decir que todos los métodos y técnicas las podemos aprovechar en la comunicación del evangelio, si están debidamente aplicados. El teatro puede ser muy eficiente en la comunicación del evangelio.

Tipos de comunicación en cuanto a los objetivos.

  1. Comunicación informativa:

Se incluyen los reportajes y periodismo de un modo general. También abarca el área educativa.

  1. Comunicación persuasiva:

Es más de interés para el evangelizador, busca modificar, fortalecer o destruir las convicciones del receptor. En el área profesional la propaganda. Desde el evangelizador, argumentación de mensaje. La persuasión, es una de las principales herramientas del evangelizador en su tarea de comunicar el evangelio.

  1. De entretenimiento:

Trata de proporcionar experiencias divertidas al receptor. Incluye humor, este no es el papel del evangelizador, ya que este no utilizaría medios para entretener al auditorio. El evangelizador tiene un propósito con su mensaje; que será siempre urgente. Dios no utiliza pasatiempos con su pueblo. Sin embargo, en la evangelización con niños se emplea teatro de títeres, que no deja también de ser entretenimiento.

Componentes del proceso de la comunicación.

1. El emisor o la fuente:

En nuestro caso el evangelizador, será muestro emisor o

fuente por la cual fluirá el mensaje, dirigido a alcanzar sus

objetivos.

Destrezas comunicativas.

a) La escritura: Todo comunicador debe saber escribir bien. En el pasado todo evangelizador escribía todas sus predicas, esta puede ser una practica útil. Los evangelizadores pueden valerse de libros de sermones, al igual que de folletos, panfletos, y otros materiales semejantes.

Esta es una práctica útil a los evangelizadores por radio, ya que siempre tendrán que escribir sus sermones.

b) La palabra: es de suma importancia en la vida del evangelizador, que debe saber utilizarla en todo razonamiento y pensamiento. Deben de ser de conocimiento común al oyente, de nada sirve utilizar palabras que el auditorio no comprenda.

Lo mejor es utilizar palabras comunes del pueblo, sin descender a la vulgaridad o ridículo. Debe también ser pronunciada con claridad y corrección, sin omitir letras y en un tono constante para que no perjudique la comprensión y la comunicación, debe articular bien las palabras.

Es importante también el tono de la voz, el grado de elevación con que pronuncia, el tono debe ser audible y agradable. El evangelizador que acostumbra a gritar termina fatigando a los oyentes, los momentos de entusiasmo en la predicación deben ser espontáneos.

c) La lectura: El evangelizador debe saber leer bien, si tiene que hacerlo en una prédica, muchas veces como introducción leer en voz alta un pasaje es bastante efectivo. Hay que saberle dar expresión, vida y sentido a la lectura sin trabarse a la hora de la lectura o no averiguar como se dicen algunas palabras.

d) El sentido de audición: este debe de ser adecuado, si un comunicador no tiene este sentido adecuado tenderá a hablar demasiado alto o bajo y puede crear problemas en el auditorio.

e) El razonamiento: es la capacidad de pensar de manera adecuada. Los pensamientos del mensaje deben ser organizados y coordinados para que exista comunicación. El evangelizador debe tener conocimiento de los oyentes y auditorio, para saber hasta donde serán capaces de entender los razonamientos del mensaje.

  1. Actitudes.

a) La actitud para consigo mismo: debe ser optimista y creer en si mismo, el comunica con su misma presencia. Debe ser una persona que confía en si mismo, consciente de lo que hace y de lo que es, para poder transmitir seguridad a sus oyentes. Jamás debe pedir disculpas por haber predicado mal, él siempre predica bien, aunque no lo haya sentido. Se debe tener la certeza que obtendrá resultados por que “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

b) Actitud para con el tema: el evangelizador debe creer en el tema que esta presentando, no puede ni debe ser que no creas en el mensaje a entregar. El comunicador cristiano debe creer el mensaje que predica.

c) Actitud con el receptor: el receptor que es el que esta al otro extremo de la comunicación, es el punto más importante en la tarea de comunicar. Por ello, el evangelizador debe tomar en cuenta su status social y económico, su cultura –poca o mucha-.

  1. Nivel de conocimiento:

Especial atención merece el nivel cultural y de conocimiento del comunicador frente al nivel cultural y de conocimiento del receptor.

a) Menos conocimiento que el receptor: se refiere al área en que la persona está involucrada en el proceso de comunicación. El comunicador debe tener mas conocimientos que el receptor en cuanto al tema que le esta comunicando. El evangelizador debe tener más conocimiento que la gente que lo escucha, pues de lo contrario no habrá comunicación. Es evidente que la gente pueda tener mas conocimiento en otras áreas, pero aquí se trata de un área específica de la materia que se esta comunicando, en este caso el mensaje de Dios.

b) Exceso de conocimiento: en la teología todo conocimiento es poco, sin embargo, cuando el nivel intelectual del comunicador es mucho más elevado que el de su auditorio, correrá el riesgo de no poder comunicarse. En este caso deberás bajarte al nivel de tu auditorio.

c) Conocimiento equilibrado: o el comunicador tiene un conocimiento equilibrado en relación con su receptor, o deberá desarrollar una gran capacidad para descender a su nivel, en cuando ser necesario hacerlo. Esto no significa que el evangelizador debe saber todo lo que sabe el oyente, pero si saber más en cuanto a religión, para poder comunicarles algo nuevo.

d) Contexto sociocultural: uno de los grandes secretos de la comunicación, en cuanto al comunicador, es el conocimiento que debe tener del contexto sociocultural de sus oyentes. Por esto, se hace necesario una cierta adaptación del comunicador al contexto. El comunicador debe involucrarse lo más posible en la cultura del pueblo al cual comunica su mensaje, para poder hablar en lenguaje de ellos.

  1. El receptor:

Desde el punto de vista del emisor debe conocer lo más posible al receptores trabajo del emisor será preparar el material de su mensaje y llevarlo al mundo del receptor. Pero, para que ello se produzca, “el mundo del receptor” debe ser muy bien conocido por el emisor. No es el receptor el que debe ser transformado para recibir el mensaje, sino que el emisor debe adaptarse al receptor para alcanzarlo.

a) El nivel cultural del receptor: el evangelizador debe tener cierto conocimiento o información en cuanto a la situación cultural promedio del auditorio, pues ello lo ayudará a utilizar algo muy importante llamado código. El propósito es utilizar el lenguaje y la terminología apropiados. ¿Cuál es el nivel de escolaridad del pueblo?, ¿primaria?, ¿secundaria?, ¿universitario?, no hay que llegar a los más mínimos detalles, pero si es necesario tener un conocimiento mínimo acerca del receptor.

b) Contexto cultural: se refiere al tipo de vida que lleva el pueblo, lo que hacen en el ligar donde viven. Se dedican a la agricultura, cría de animales, industria, pesca, vida de cuidad.

c) Situación religiosa del receptor: este aspecto pertenece al cultural. Saber de la mente y conciencia religiosa del pueblo es importante, ya que podría entrar mal si ignora las tradiciones religiosas de sus oyentes, esto no quiere decir que se deba tener miedo y dejar de predicar la verdad del evangelio, pero si debería saber como abordar mejor el asunto.

Es muy importante saber que piensa el pueblo para poder sacar provecho de esto.

d) Ir donde esta el receptor: el buen comunicador entrega el mensaje precisamente en el lugar donde se encuentra el receptor. El receptor es el objeto del interés del comunicador y no importa donde este se encuentre. Jesús al ver a Zaqueo subido en el árbol dejó de lado la multitud y ahí le habló.

  1. El mensaje:

Es el contenido que se desea colocar en el receptor; lo que se desea transferir a su esfera mental y espiritual.

Algunos aspectos del mensaje son:

a) El contenido: es la esencia de los que se desea transmitir al receptor y siempre debe ser preciso.

b) El código: es el símbolo o grupo de símbolos que voy a utilizar. Se puede representar por la escritura, el lenguaje gestual o por señas luminosas. Debemos saber si el código a utilizar es conocido por mi receptor, es decir, si entiende los símbolos que voy a utilizar. Ej. Si alguien sabe leer español, puedo escribir en español y él entenderá.

Mi codificación debe estar acorde con mi receptor, para que este lo pueda decodificar, o sea, interpretar mi mensaje.

c) El tratamiento: es la manera en como dispondré el mensaje para que llegue al receptor. Se refiere a la organización del material del mensaje, al orden del sermón o discurso, al tema, a la introducción, a la discusión, todo ello colocado dentro de un orden lógico.

d) El canal: ya hemos colocado al emisor en un primer extremo y al receptor al otro extremo; ahora para alcanzar al receptor necesitamos un canal.

El canal desde el punto de vista del emisor:

-Canal exclusivamente verbal: la voz humana, la radio, el teléfono

-Canal exclusivamente visual: la escritura, las señales luminosas, la música.

-Canal oral-visual: el teatro, la televisión, la conversación, el cine, el

discurso a viva voz.

El canal desde el punto de vista del receptor: en este caso depende

únicamente de la propia naturaleza humana.

-La audición: es el principal canal de comunicación. Si una persona no puede oír

entonces tendrá que comunicarse por medio del lenguaje gestual. El

comunicador deberá saber si su receptor está escuchando bien. Puede ser

que este no tenga problemas de audición, pero que el ambiente presente

algún problema. Pueda que haya mucha distancia, o que haya interferencia

que no le deje escuchar bien.

-La visión: si la persona está escuchando entenderá mejor el mensaje de su emisor si

también puede verlo. El lugar donde la persona este sentada es de mucha importancia para la buena comunicación. La combinación de lo auditivo y lo visual origina el proceso audiovisual por ejemplo: la televisión, las diapositivas y franelógrafos. Exclusivamente visual es el lenguaje gestual, que utiliza diferentes partes del cuerpo, las manos y los dedos, para comunicar el mensaje.

-El tacto: El tacto es para el ciego, lo que la visión para el sordomudo. Por medio de }

tacto los ciegos pueden leer el sistema Braile. Naturalmente los ciegos pueden también utilizar el sentido de audición y en ellos este canal se desarrolla más para compensar su falta de visión.

-Gusto y olfato: son canales menos importantes para el proceso de la comunicación.

Solo en casos muy especiales de da la comunicación por estos canales.

  1. El ruido:

Es toda interferencia que pueda afectar, deformar, desviar, interrumpir o neutralizar el mensaje. Por ejemplo: el llanto de un niño, los movimientos en el auditorio, una luz dañada, una silla desnivelada, en resumen cualquier cosa que pueda distraer la atención del receptor, cerrando su mente para la comunicación.

  1. Retroalimentación:

Es la respuesta que obtiene la comunicación, es decir, es el medio por el cual el comunicador comprueba si el mensaje llegó o no al otro extremo. Se puede notar por el semblante y actitud del auditorio.

La prueba de las siete preguntas.

Este es un pequeño cuestionario, que ayuda a una mejor comunicación.

  1. ¿Por qué? - ¿Por qué voy a hablar o escribir? ¿Cuál es, o cuáles son, los objetivos específicos de mi comunicación?

  1. ¿A quién? -¿Quién será mi receptor (lector, oyente, auditorio)? ¿Cuáles son sus características?

  1. ¿Quién? o ¿De quién? - ¿Quién hablará? ¿Cuáles son mis características personales que debo tener en cuenta?

  1. ¿Qué? - ¿Qué contenido tendrá mi mensaje? ¿Qué tema? ¿Qué quiero comunicar?

  1. ¿Cuándo? -¿Cuándo es el momento oportuno o apropiado? ¿Cuáles son las circunstancias especiales de la ocasión en que estaré comunicando?

  1. ¿Cómo? -¿Qué tipo de canal utilizaré para alcanzar a mi receptor? De los canales humanos, ¿Cuál será el más apropiado? ¿Es posible hacerlo?

  1. ¿Dónde? -¿Dónde hablaré o dónde estará mi receptor? ¿Frente a un televisor, radio, o en un auditorio?

El Espíritu Santo y el evangelismo.

Debemos tener claro que todo método, estrategia y técnicas para la evangelización debe ser liderado por el Espíritu Santo. En el Nuevo Testamento notaremos estos recursos pero también descubriremos que todos esos recursos fueron utilizados por personas que estaban revestidas del Espíritu Santo para la obra de evangelización.

El Espíritu Santo en el creyente:

El creyente debe tener la conciencia de la presencia del Espíritu Santo en su vida. Algunas características de la presencia su presencia son:

  1. El don del Espíritu Santo:

a. En Hechos 2:1,13 encontramos el relato de la venida del Espíritu Santo “para que este con vosotros para siempre”, conforme a la promesa. En hechos 2:37,39 hallamos la pauta de Pedro en cuanto a como recibir el don del Espíritu Santo que, según el mismo texto, es “para cuantos el Señor nuestro Dios llame”. Esto nos dice que para ser verdaderos creyentes tenemos que tener al Espíritu Santo.

  1. La garantía sellada:

1. Efesio 1:13,14 “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo que había sido prometido, quien es la garantía de nuestra herencia para la redención de lo adquirido, para la alabanza de su gloria.” Note “habiendo creído en él”, “fuisteis sellados”, y “quien es la garantía de nuestra herencia”.

2. El creyente debe entender que ha sido sellado, cerrado, para Dios. Esta es la garantía de que es salvo y de su herencia eterna. El Espíritu Santo debe habitar en el creyente, Pablo lo confirma “El Espíritu Santo da testimonio juntamente con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios” (Rom 8:16).

El Espíritu Santo en la vida del evangelizador.

El poder del Espíritu Santo:

Hechos 1:8 “Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre vosotros, y me testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra”.

Testificar de Cristo, evangelizar, hacer discípulos, exige un poder especial. Este poder lo da el Espíritu Santo y si un creyente recibió ya al Espíritu Santo, ya tiene ese poder. Debes creer en el Espíritu Santo para realizar esta tarea.

La motivación:

El evangelizador, el misionero, el pastor, son motivados por el Espíritu Santo, quien opera sobre la naturaleza de ellos. Así es como el Espíritu Santo Trabaja en nosotros. Una vez que hemos sido sellados por el Espíritu Santo y habita en nosotros, lo más natural y normal es que el Espíritu Santo actúe en nosotros.

No hay ninguna duda de que el Espíritu Santo en nosotros nos mueve y motiva para las cosas del evangelismo.

El secreto de esto está en que La Santísima Trinidad, que es una unidad, se entrelaza con nosotros y forma una unidad con nosotros: con cada uno de nosotros. Por consiguiente, si somos realmente creyentes, convertidos, portadores del Espíritu Santo, no trabajamos solos, ¡sino que siempre trabajamos juntamente con él!

Dirección:

El evangelizador es dirigido por el Espíritu Santo, quien lo guía a toda la verdad (Jn 16:13), y quien también guía nuestros esfuerzos evangelísticos y misioneros.

El Espíritu Santo nos dirige día a día en la evangelización; así debe ser siempre; debemos aprender a depender siempre de él.

El trabajo del Espíritu Santo en el pecador:

El apóstol Pablo dijo que el hombre natural “no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, por que le son locura” (1 Cor 2:14). Es por esto que el Espíritu Santo trabaja a través de la instrumentalidad del creyente, del evangelizador, que sí comprende las cosas del Espíritu de Dios.

El Espíritu Santo despierta el interés:

Hechos 16:14 “Entonces escuchaba una mujer llamada Lidia, cuyo corazón abrió el Señor para que estuviese atenta a lo que Pablo decía”. El evangelizador necesita de esta ayuda, sin la cual no obtendrá resultados.

La comprensión de las escrituras:

El Espíritu Santo les comunica a las personas la necesidad de creer en las Escrituras, no hay evangelización y menos evangelismo, sin el trabajo de la Palabra de Dios. En Lucas 24:45, Jesús abrió el entendimiento en sus discípulos para que pudieran comprender las Escrituras. Es el trabajo mental de confrontación, de comprensión, para llevar a la persona a un juicio de valores y a la comprensión.

El trabajo de persuasión:

En Juan 16:7,11 leemos que el Espíritu Santo convence al mundo de pecado, de justicia y juicio. Por lo tanto, en el proceso de persuasión no valen las simples técnicas humanas. Mediante los argumentos humanos nadie se convencerá jamás de que es pecador. El Espíritu Santo toca la mente del pecador, que éste se lamenta por sus pecados. En este proceso el Espíritu Santo trabaja en ambos direcciones: del lado del evangelizador, dándole la manera de presentar sus argumentos; y del lado del pecador, ayudándole a decodificar el mensaje y a quebrantarse por la convicción que tiene de sus pecados cometidos.

El Espíritu Santo trabaja respetando la libertad de la persona, esta debe aceptar voluntariamente el mensaje. Después de persuadirlo, el pecador está en la libertad de aceptar o rechazar el mensaje. Si lo acepta, se produce el arrepentimiento. Frente al deseo del pecador de “cambiar de mente”, el Espíritu Santo actúa en el pecador. El arrepentimiento es una operación del Espíritu Santo. El evangelizador pone en la mente del pecador la “palabra viva” y el Espíritu Santo se encarga de la operación necesaria para que se produzca el cambio (1 Pedro 1:23,25).

Principios generales del evangelismo.

Principios en este sentido son los fundamentos, normas o preceptos, con la observación de que, a pesar de que existe lo posibilidad de que en materia de evangelismo haya diversos métodos, estrategias y técnicas, hay ciertas normas que son inevitables y que deben orientar toda la metodología de la evangelización.

Principio de la motivación:

a) La conversión: la motivación para hacer evangelización comienza con la experiencia de la conversión, pues solo un convertido puede evangelizar a otra persona. Nadie puede dar lo que no tiene.

b) Pasión por las almas: una vez convertido y persuadido de su salvación, el creyente es motivado por la certidumbre de que él pertenece a Dios y que todo mundo esta bajo el maligno (1 Juan 5:19). Se produce la pasión por las almas. El verdadero creyente tiene la seguridad de su salvación, pero lo aflige que el mundo este bajo el maligno, de modo que hará todo lo posible por que cambie esta situación.

Lo que nos lleva a la gran empresa evangelizadora y misionera es esta doble convicción: nuestra posición espiritual y la condición del mundo.

Principio de la comisión:

El creyente es comisionado por Jesús a ir a predicar por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura (Marcos 16:15,16). El creyente tiene que tener la convicción de que fue el mismo Jesús quien lo envió a evangelizar. El creyente es un siervo del Jesús y está trabajando para su reino.

Principio de la capacitación:

En consecuencia siendo que no hay ningún creyente que no tenga el Espíritu Santo, y que sin el trabajo del Espíritu Santo la conversión resulta imposible, todo creyente está capacitado para evangelizar.

Principio del aprendizaje:

Antes de enviar a sus discípulos a evangelizar, Jesús los preparó, discipulandolos, y después mandó que ellos hicieran lo mismo con todas las naciones. El creyente debe dedicarse a aprender, a estudiar, a capacitarse. Nadie piense que aquellos discípulos de Jesús andaban tras él sólo para hacer turismo en Palestina. Ellos trabajaban duro todo el día

Principio de la ubicación del perdido a ser alcanzado:

La orden es predicar el evangelio por todo el mundo, pero el Espíritu Santo, a través de diversos medios, indica a cada creyente dónde ubicar a la persona que será alcanzada. Dios siempre tiene a alguien en algún lugar a quien tenemos que alcanzar, y el evangelizador debe estar en armonía con la voluntad de Dios para descubrirlo. El evangelizador debidamente sintonizado con la autoridad del Espíritu Santo sabrá siempre a quien ir.

Principio de mensaje completo de evangelización:

Siendo evangelizar la acción de comunicar el evangelio de Cristo, el mensaje de evangelización debe tener los elementos esenciales del evangelio para que las personas puedan ser llevadas a arrepentirse y creer. Así pues, todo abordaje o tentativa de evangelización debe contener los siguientes elementos, de alguna manera u otra.

a) Idea de pecado y de que la persona es pecadora.

b) La idea de las consecuencias, principalmente espirituales, del pecado en el ser humano: la condenación eterna.

c) El plan providencial de Dios para salvar al pecador: el haber enviado a su hijo al mundo.

d) El deseo voluntario del ser humano de apropiarse de la salvación.

Son muchas las personas intentando evangelizar sin dar al pecador la más minima orientación sobre la salvación y cómo obtenerla. Es bueno hablar del poder de Jesús para curar, para hacer maravillas y para resolver problemas. Pero, por encima de todo esto, la persona tiene que ser llevada a aceptar a Jesús como salvador personal.

Principio del momento de hacer el abordaje evangelístico:

La persona a ser evangelizada debe ser abordada en cualquier oportunidad que se le presente. La evangelización comienza con la persona donde esta se encuentra desarrollando sus actividades normales. La mujer samaritana fue abordada por Jesús cuando esta buscaba agua. Es imprescindible que las personas sean abordadas, ya que muchas veces no tendrán una nueva oportunidad de escuchar el mensaje evangelístico.

Principio de adecuar el mensaje al contexto de cada persona que esta siendo evangelizada:

A los que se dedicaban a la agricultura, Jesús les habló del sembrador, a los pescadores les dijo: “… os haré pescadores de hombres” (Mt 4:19), a los que sabían de impuestos y se oponían a estos, Jesús les hablo de la moneda (Mt 22:19), a un grupo de religiosos Pablo les hablo del dios no conocido (Hechos 17:15,24). El mensaje por lo tanto, debe ser puesto en el lenguaje adecuado a cada persona, en su contexto cultural para que lo entienda.

Principio del llamado a tomar una decisión:

Toda persona que escucha la exposición del evangelio debe ser apremiada a tomar una decisión por Cristo. Esto significa el llamamiento a una toma de decisión para que se complete la experiencia que esta en proceso. El llamado es muy importante para la coronación de la experiencia.

Principio de la responsabilidad del creyente:

Existiendo una diferencia entre predicar y evangelizar, la tarea de predicar puede ser solo de quienes tienen el llamamiento, pero la testificación de Cristo es de todos los creyentes. No todos pueden preparar un sermón estructurado homiléticamente, pero toda persona puede contar a los demás quién es Jesús y como fue salvada por Cristo. Esto es evangelizar. Es responsabilidad de todos los creyentes transmitir las buenas nuevas por todo el mundo y no solo les corresponde a pastores y oficiales de la iglesia; esto va unido al don del Espíritu Santo que todo creyente ya posee.

Principio de la integración al cuerpo de Cristo:

Toda persona convertida debe ser integrada a la iglesia –el cuerpo de Cristo- para crecer espiritualmente (Ef. 4:10). Forma parte de esta integración el bautismo, mediante el cual la persona públicamente se declara seguidora de Cristo, convirtiéndose en miembro de la iglesia local.

Principio del crecimiento espiritual:

Toda persona que se convierte necesita crecer espiritualmente. Si una persona se convierte y no es enseñada a crecer espiritualmente, vivirá una vida cristiana raquítica.


Jorge Madrigal Q.

911 Salvación,

Rescatando almas para Cristo

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