miércoles, 29 de julio de 2009

Organización del Trabajo en Cristo.

La organización del trabajo.

Podemos tener buenas intenciones y mejores capacidades, pero si no trabajamos en forma eficiente, el rendimiento final puede ser pobre. Esta es la importancia de trabajar organizadamente.

Nuestro Dios es un Dios de orden. Él no hace las cosas alocadamente, ni por impulso sino que muchas veces podemos verlo trabajando según un plan. Jesús en cierta ocasión dijo a los judíos: ¨Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo también trabajo¨ Jn. 5:17.

¨En el principio creó Dios los cielos y la tierra (Gen 1:1), y lo hizo en seis días en forma ordenada y lógica. El sacrificio de Cristo ya estaba destinado desde antes de la fundación del mundo (1 Pedro 1:20). Al igual el fin del mundo lo podemos estudiar en Apocalipsis; de modo que podemos ver los planes y acciones de Dios.

Si queremos estar en armonía con Dios, nuestra vida y trabajo deben estar organizadas.

Pablo fue un hombre que organizó su trabajo y estaba enfocado a la excelencia. En 1 de Cor. 9:24,27. Podemos estudiar un Pablo que dice que muchos están en la carrera; pero que él está por ganarla, que su esfuerzo es por el éxito.

El aprovechar el tiempo, no implica hacer las cosas más rápido, sino, hacerlas bien hechas, el hacer las cosas rápido nos puede llevar a mas errores.

Para aprovechar bien el tiempo es necesario que nuestro trabajo sea dirigido con sabiduría, y esto implica algún tipo de sistema o técnica.

En el caso de Nehemías podemos ver que en la construcción del muro, fue más que necesaria la voluntad, para su construcción él necesitó una fuerte motivación para lograr su objetivo.

El oró a Dios para pedir su autorización y apoyo. A partir de aquí tuvo que andar una serie de pasos:

a) Consiguió la autorización y apoyo del rey Artajerjes, como los materiales.

b) Analizó la tarea que había que realizar.

c) Busco el apoyo y motivación para el pueblo en la construcción del muro.

d) Distribuyó el trabajo entre todos los que iban a contribuir.

Fue venciendo todos los obstáculos e inconvenientes que se presentaban hasta concluir la obra y no se detuvo.

Tenemos que dejar claro que todo cristiano en toda obra que emprenda debe buscar la guía y ayuda de Dios.

A. La planificación:

Es la evolución que debe llevar un determinado proyecto, para que organizando una serie de medios físicos y humanos con una determinada estrategia lleguemos a conseguir el objetivo en un plazo de tiempo prefijado. Esto nos dice que debemos planificar para no derrochar recursos.

En la Biblia podemos ver ejemplos de esto en la construcción del Tabernáculo y el Templo de Salomón, que debieron ser planificados antes de su construcción.

Jesús siguió un plan en su ministerio en este mundo: escogió unos discípulos a los cuales preparo de forma integral por tres años, permitiendo que fuera el Espíritu Santo quien los pusiera en marcha con su poder para extender el Evangelio del Reino. Pablo fue el gran planificador (guiado por el E.S.) no solo de la extensión del evangelio en el mundo gentil, sino de la estructura y funcionamiento de la iglesia local.

Aparte de la planificación y organización tenemos que tener la valoración del tiempo. El refrán dice que el tiempo es oro, pero en la realidad, nos preocupa más el empleo de nuestro dinero, renovable, que el de nuestro tiempo irremplazable.

Pasos a seguir cuando se desea planificar un determinado proyecto:

A 1. El objetivo: dice el refrán ¨nadie va más lejos que el que no sabe dónde va¨ cuando tenemos un objetivo definido, podemos avanzar hacia esa dirección. Debemos clarificar el objetivo que pretendemos, para poder establecer metas. Si no tenemos claras las respuestas a las cuestiones: por qué trabajo y a donde quiero llegar, tenemos que reflexionar, definir y alimentar el objetivo final.

A 2. Los objetivos parciales: se establecen cuando el proyecto tiene cierta envergadura o complejidad. Para todo lo que deseemos realizar en nuestra vida tenemos que superar una serie de etapas a lo largo del proceso. Esto debe ser así debido a que: 1) es probable que el objetivo final no puede ser realizable en un corto plazo.2) si el proyecto es complejo habrá que irlo reconstruyendo parcialmente. 3) porque sicológicamente puede abrumarnos el enfrentarnos ante la totalidad del proyecto.

Tenemos que dividir la dificultad en partes asequibles a las posibilidades y capacidades humanas.

A 3. Justificación de objetivos: de no hacer esto nuestro proyecto puede fallar o lo podemos entorpecer.

Algunas de nuestras tendencias ante nuestras tareas son:

  1. Lo que nos grada lo hacemos antes de lo que nos desagrada
  2. Lo que se hace rápido, antes que lo que se lleva mucho tiempo
  3. Lo que es fácil, antes que lo que es difícil
  4. Lo que sabemos hacer, antes que lo que es nuevo para nosotros
  5. Lo que es urgente, antes que lo que es importante
  6. Lo que otros nos imponen, antes que lo que nosotros hemos escogido

El orden que siguió Nehemías era el necesario para el avance lógico del proyecto y la consecución del objetivo, no el que le pudieran indicarle sus sentimientos personales en un momento dado.

A 4. Análisis de la estrategia: Nehemías tuvo que dedicar tiempo para observar el punto de partida (el estado en que se encontraba el muro) para ver como requería hacerse el trabajo. Puede haber muchas formas de hacer un trabajo, pero siempre hay una que es la mejor. Hay que estudiar las ventajas e inconvenientes de cada alternativa para considerar cual favorece más el objetivo que se pretende.

A 5. Definición de tareas: al final de esta reflexión debe salir en plan esquemático de todo lo que es necesario hacer para moverse desde el punto de partida al punto de llegada. Tenemos que definir todas las tareas que nos permitirán cumplir nuestro proyecto.

El trabajo intelectual es una tarea compleja (a veces muy compleja), como en el caso de Nehemías. Hay que hacer diversas labores que se complementan unas con otras para poder conseguir el objetivo de saber. Algunos ejemplos son: leer, escuchar, comprender, analizar, estructurar, consular, reflexionar, memorizar, estructurar, consultar, reflexionar, memorizar, repasar, etc.

A 6. Determinar el calendario: todo era necesario hacerlo, pero no todo se podía hacer a la vez. Este orden debe ser de lo mas general a lo más particular; en todo proyecto deben marcarse unos términos de cada tarea para que pueda darse una sincronización, y el conjunto pueda avanzar en forma equilibrada.

Hemos de determinar la duración y establecer fechas de término para cada tarea, para no dispersar nuestro esfuerzo.

A 7. Especificar los medios necesarios: ¿qué hace falta para poder llevar a cabo las tareas necesarias? Generalmente cuando estamos haciendo algo estamos empleando medios materiales y humanos. Al preverlos, los podemos utilizar en el momento oportuno.

A 8. Distribución de las tareas: no siempre un proyecto puede realizarlo una sola persona. Frecuentemente nos necesitamos unos a otros para poder conseguir nuestros objetivos. La mayoría de las veces es un trabajo en equipo Nehemías no podía hacerlo solo y fue distribuyendo las tareas de forma ordenada e inteligente entre las familias que colaboraron en la reconstrucción. Hasta el mismo rey Artajerjes formaba parte del equipo de Nehemías.

A 9. Supervisar el avance: Nehemías no dejó que cada quien realizara su trabajo como quisiera, él estaba ahí controlando, coordinando, supervisando. Se debe tomar una cierta distancia del trabajo para ver si lo que se está haciendo, era lo que se debía hacer.

A 10. Corregir las desviaciones: debido a las dificultades, es poco probable que en un proyecto no hayan desviaciones. Se pueden dar al nivel interno y externo y es necesario hacer cambios a las normas y a la forma de trabajo.

Hay que adaptarse a las circunstancias, pero sin perder el objetivo de vista. Adaptarse no quiere decir cambiar el objetivo, sino tener una mentalidad amplia, como para ser capaz de ver las alternativas de avance ante los obstáculos que van saliendo. Una vez los colaboradores de Nehemías con una mano trabajaban y con la otra sostenían la espada. No era la manera idónea, pero era la más conveniente es ese momento.

Así en la práctica saldrán desviaciones e imprevistos del plan original, que hemos de corregir buscando acciones alternativas para reconducir el proceso hacia el objetivo que perseguimos y no otro.

B. La fijación del trabajo.

En nuestra memoria se dan diferentes procesos que facilitan el olvido, como son el decaimiento del recuerdo y la interferencia de la información. Aunque estos procesos no se dan en la memoria a largo plazo, si dificultan los mecanismos de recuerdo.

Cuando nosotros estudiamos tenemos que ir repasando periódicamente la materia, sino, al llegar a estudiar nos parecerá nueva. Esto se da debido a que el recuerdo se va debilitando. También se da que nuevo material se va metiendo en nuestra mente, ocupando un lugar más cercano en el tiempo.

Según estudios del decaimiento del recuerdo, el nivel de memorización cae en picada un 80%, al cabo de 24 horas.

El guardar el conocimiento nos da a entender el poner en un lugar que está controlado, que conocemos bien y que al acudir a él, encontramos lo que anteriormente depositamos. Tenemos que asociar la nueva información con la que ya poseemos. Tenemos que seguir en contacto con la información, hasta que la información se pueda considerar nuestra.

Si organizamos un método adecuado de repaso, el decaimiento del recuerdo podrá manifestarse de forma que la memorización se mantenga en el nivel máximo alcanzado poco después de concluido el periodo de aprendizaje. Esto lo logramos programando una serie de repasos cada uno de los cuales deberá efectuarse justo antes de que empiece a descender el nivel de memorización.

El primer repaso deberá efectuarse en la hora siguiente al término del aprendizaje. De esta forma el nivel de memorización podrá mantenerse constante aproximadamente durante un día, seguidamente deberá darse el siguiente repaso. A partir del mismo, la memorización continuará constante cerca de una semana, periodo tras el cual habrá que realizar un nuevo repaso de dos minutos, seguido de otro un mes más tarde. Luego de este proceso la información quedará almacenada en la Memoria a Largo Plazo, lo que quiere decir que esta información será tan familiar como pueda serlo un número de teléfono y que solo necesitará un estimulo ocasional para reestimularse.

Los repasos serán de pocos minutos, no releyendo lo aprendido, sino memorizando las ideas principales y luego contrastándolo con los apuntes o esquemas.

Se debe dedicar un corto repaso diario, donde el control de los temas a repasar debe llevarse con un planing donde estén distribuidos adecuadamente.

C. Las pausas.

Todo trabajo debe incluir alternaciones con el descanso, de lo contrario aparecerán el agotamiento y la saturación, siendo estos efectos incompatibles con el rendimiento y la eficacia.

El estudiar durante un largo periodo sin pausas será anti producente, por lo que tenemos que tomar el tiempo para el descanso, este será un tiempo precioso.

La retención y la comprensión siguen caminos diferentes. Al estudiar durante un periodo prolongado es probable que nuestra comprensión siga presente, pero nuestra retención decaerá notablemente. Esta última con el paso del tiempo pierde fuerza y los conceptos que comprendemos se olvidan en su mayor parte.

La información aprendida en la fase central de estudio son las más frecuentemente olvidadas; se recuerda mejor las informaciones estudiadas el principio o al final que las intermedias.

Debemos saber estudiar para no perder nuestro tiempo, ni nuestro amor por el estudio. Debemos saber estudiar inteligentemente, esto implica sacar el máximo provecho de la comprensión y la retención alternadas con las pausas. El periodo de aceptación de estos procesos es de cuarenta a sesenta minutos. Las pausas es recomendable tengan una duración de la decima parte del tiempo de estudio. Las pausas son parte integrante del estudio.

D. Redacción de un tema.

Hay por lo menos dos aspectos esenciales que hay que tener en cuenta a la hora de preparar y comprender un trabajo escrito. El texto debe llevar el selo de nuestra personalidad, de lo contrario será insulso. Pero también debe estar regido por normas mínimas de orden y técnica, tanto a la hora de su generación, como de su final presentación; ello permitirá que el receptor pueda comprender con facilidad y claridad todo lo que estamos transmitiendo.

Un ejemplo de esto lo encontramos en Lucas, quien nos dejó como legado el tercer Evangelio y el libro de los Hechos de los Apóstoles. Es probable que su preparación al ser médico influyera en esto. Al inicio de su Evangelio vemos un encabezado que implica toda una estrategia de trabajos escritos. Muchos habían tratado de poner en orden los acontecimientos, pero al parecer sin resultado.

Todos los hechos y situaciones fueron muy diversos en lugares y protagonistas y transmitidas por la enseñanza oral (por medio de ministros de la palabra).

Lucas se propuso a realizar un trabajo integral como punto de referencia base de todo lo que estaba enseñando. El objetivo real era: ¨para que conozcas las en las cuales has sido instruido¨.

Para redactar trabajos en forma digna, tenemos que tomar en cuanta:

D.1. Definir el tópico.

El tópico es definir lo más claramente posible lo que pretendemos conseguir con nuestro trabajo. De acá sacamos el esquema conceptual en el que reflejaremos las ideas más globales de todo lo que queremos expresar.

La exploración y consulta se da cuando no tenemos mucha idea de cómo va a ser el tópico, y es necesario emplear tiempo en una labor puramente informativa para adquirir un nivel básico de conocimiento del tema. Si queremos nos podemos ayudar u orientar en trabajos ya elaborados del tema.

D.2. La investigación.

En esa fase hay dos tipos de tareas a realizar:

D.2.1. reunir el material específico que necesitaremos para la composición de nuestro texto.

Dependiendo el tipo de tema y nuestras pretensiones tendremos que acudir a fuentes muy diversas bibliotecas, archivos, entrevistas, etc. todas muchas veces sin conexión unas de otras pero es imprescindible realizar para este trabajo.

D.2.2. clasificación del material.

Debemos almacenar todo el material investigado de tal forma que lo podamos encontrar para utilizar lo más fácilmente posible.

Para clasificar artículos o párrafos debemos seguir el presente orden: tema, título del libro, la página donde se encuentra, y la localización del libro de ser necesaria.

A nivel práctico podemos utilizar una carpeta con divisiones, y utilizar los apuntes en hojas independientes.

D. 3. La elaboración.

Es la parte central de todo el trabajo intelectual que se está haciendo y debe contener tres aspectos fundamentales:

D.3.1. La reflexión.

Tenemos que tratar de darle sentido a todo el material recopilado. Al igual que al armar un rompecabezas, debemos tener una imagen para poder construir nuestro trabajo.

D.3.2. Estructuración del material.

Debemos analizar la información para darle un lugar adecuado. En esta fase se definirán todos los temas y subtemas del sumario. Se establecerá el orden de contigüidad, de importancia, de extensión aproximada, etc. es como construir un estante con medidas exactas y colocáramos los objetos en el lugar indicado.

D.3.3. Redacción del material.

Este es un escrito de primera intensión, no definitivo, en el que se pueden hacer ampliaciones, supresiones o enmiendas. Por lo tanto hay que hacerlo sin temor, poniendo mayor atención en la construcción del texto esencial: las ideas primarias y secundarias y las conexiones entre ellas para que todo tenga un sentido lógico e inteligible. Este podrá ser muy resumido, pero contará con todo lo fundamental del trabajo.

D.4. La presentación.

Es la última fase y hay que tener en cuenta dos cosas importantes: el estilo literario y la economía del lenguaje.

D.4.1. El estilo literario.

Concentrémonos en la forma, el fondo ya está realizado. Se determinará por: la creatividad personal, el nivel cultural, el tipo de tema que se aborda y el receptor.

D.4.2. La economía del lenguaje.

Esto quiere decir que nosotros pensamos que nuestro receptor tiene los mismos o por lo menos similares conocimientos a los nuestros, por lo que evitamos los detalles ahorrándonos muchos detalles sobre las cosas que decimos. Debemos colocarnos en la posición del receptor y sus conocimientos para que nuestro mensaje sea claro.

E. Autocontrol y modificación de hábitos.

El autocontrol nos permite avanzar eficientemente.

  1. Debe haber una constante contrastación entre el plan que nos trazamos para conseguir el objetivo que deseamos y el avance real que estamos teniendo en la práctica.
  2. Debemos de corregir las desviaciones que se vayan presentando en la práctica antes de lo posible.

La propia persona debe regular su conducta:

E.1. Auto observación.

Se debe conocer nuestra propia conducta, se hace por medio de un registro grafico donde se anota todo lo que observa de sí mismo cuando se halla realizando el trabajo de estudio.

Durante la semana se anotaran las actividades realizadas cada media hora. Al final de la semana se podrá observar en que se emplea realmente el tiempo y se podrán sacar conclusiones. Las personas al hacer este ejercicio bien se llevaran la sorpresa de descubrir que pierden demasiado tiempo en cosas superfluas. Este ejercicio produce la disminución de las conductas indeseables y el aumento de las deseables, ayudando a la motivación de cambio de la persona.

E.2. La Autoevaluación.

Se deben tener unos conceptos de actuación claros con los que comparar las conductas concretas realizadas. Cada uno debe tener sus propios criterios de actuación realizando un horario y un plan de trabajo adaptado a sus necesidades.

Para esto no fijamos en el registro anterior y analizamos:

  • Están todas las actividades justificadas realmente
  • Si se deben hacer cambios (eliminar o introducir cambios)
  • Son los medios con que contamos adecuados
  • Ejecutamos de la mejor forma las actividades
  • Existe una mejor forma de distribuirlas

Este primer análisis nos proporcionará mucha información para hacer cambios sustanciales en nuestro modo de trabajar.

La persona debe comparar su conducta concreta con las normas de actuación de que disponible, lo cual le permitirá evaluar su propia conducta. De este punto la persona fija sus criterios de actuación que son una declaración clara y explícita de ser posible por escrito, de los objetivos concretos en cada momento.

E.3 Auto refuerzo.

En esta fase la misma persona debe auto administrarse refuerzos positivos o negativos, en función de la fase anterior. A la hora de buscar los refuerzos no debemos olvidar los descansos, las pequeñas diversiones o satisfacciones.

F. Preparación para el examen.

El término examen maneja los siguientes conceptos: el trabajo que la persona realiza, la calidad del trabajo, el día que hay que rendir cuentas, un elemento que mostrará la calidad del trabajo, un resultado y una consecuencia del mismo. Esto lo debemos aplicar en nuestra vida espiritual, formativa, profesional, deportiva, social.

F.1. Descanso.

Hay que descansar la noche anterior, de lo contrario no tendremos un buen funcionamiento de nuestra mente. Nos produce inseguridad. Lo que no se ha hecho en varios meses, no se puede hacer en unas cuantas horas antes del examen.

F.2. Relajación.

Tenemos que llegar al examen en un estado de relajación y confianza. Entre más tenso o ansioso, más bloqueos e inseguridad tendrán la mente.

F.3. Lectura detallada.

Leer detenidamente el examen, fijándose bien en las instrucciones. Muchos han malogrado exámenes teniendo los conocimientos suficientes para aprobarlos, la razón no interpretar bien lo que se les pide.

Conceptos claves para contestar lo que realmente me está pidiendo el examen:

Ø Comparar: Buscar semejanzas

Ø Contrastar: oponer a fin de hacer surgir las diferencias

Ø Criticar: emitir juicio contra teorías versus discusión de pruebas

Ø Definir: fijar el significado preciso de una palabra o frase

Ø Describir: dar una relación detallada o grafica

Ø Discutir: investigar o examinar mediante argumentos e investigaciones

Ø Evaluar: apreciación sobre el valor de algo, a la luz de la verdad

Ø Explicar: interpretar y aclarar

Ø Ilustrar: utilizar una figura o diagrama para aclarar o ejemplificar

Ø Interpretar: explicar el sentido o significado de algo, juicio propio

Ø Justificar: mostrar bases adecuadas para las dediciones o conclusiones

Ø Bosquejar: dar los rasgos o los principios generales de algo

Ø Relatar: narrar o dar a conocer los hechos

Ø Relacionar: mostrar cómo se relacionan las cosas entre si

Ø Analizar: reseña del tema desde el punto de vista critico

Ø Enunciar: presentar en forma breve y clara

Ø Resumir: relación de puntos principales, obviando los secundarios

Ø Reconstruir: seguir el desarrollo o historia de un tema desde su origen.

F.4. Distribución del Tiempo.

Debe tratarse de asignar un tiempo aproximado a cada cuestión que nos presenten, evitando que se acabe el tiempo del examen antes de poder responder a todas las preguntas.

F.5. Selección.

Si puedes responde las preguntas de las cuales tienes la seguridad de la respuesta, para que tengas más calma en las que no conoces. Esta técnica te ayudará a reforzar tu confianza, al ver que avanzas positivamente.

F.6. Esquematizar.

En los exámenes con pruebas abiertas, haz un esquema de cada respuesta para facilitar el trabajo del examinador y orientarte mejor el comprobar si están expuestas todas las ideas principales que conoces.

F.7. Cuestiones fáciles.

Evitar tratar con excesiva longitud las cuestiones fáciles pues te restará tiempo para trabajar las más difíciles.

F.8. Pulcritud.

Procurar escribir de forma fácilmente legible, limpia y ordenada, pues cuando el examinador tiene dudas para interpretar el examen y todo esta embarullado, generalmente será más crítico a la hora de puntuar.

F.9. Repasar.

Dejar tiempo para repasar el examen una vez terminado. Trata de tomarte un tiempo para relajarte y hacerlo; así lo harás con más lucidez.

F.10. Contrastar.

Tratar de conseguir el examen resulto para poder ver en que se fallo y reforzar estas áreas de oportunidad.

Jorge Madrigal Q.

911 Salvación,

Rescatando almas para Cristo.

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